
La plaza estaba repleta de gente. Todos alegres esperando el año nuevo.
Y aunque yo observaba desde lejos, desde muy lejos, aquellas personas de alguna manera estaban ligadas a mí; y no sólo por el binocular.
Y aunque yo observaba desde lejos, desde muy lejos, aquellas personas de alguna manera estaban ligadas a mí; y no sólo por el binocular.
Pronto, cuando el reloj marcó el último Tic- Tac dí yo al detonador.
2 comentarios:
Sangriento micro. Nos queda a los lectores imaginar el resto.
Un abrazo.
Gracias, amigo por leer.
saludos
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