Un día decidí olvidarme de mis problemas, no hacer nada y todos comenzaron a decir que tenía más paciencia.
Luego pasó el tiempo, yo seguía sin hacer nada y comenzaron a decir que lo mío era flojera e irresponsabilidad.
Siguió pasando el tiempo y mejor ya ni cuento lo que me decían.
Concluí que cuando uno es realmente paciente, los demás se impacientan.
Já!