
Era el típico jefe soberbio, enojón y amargado que a todos ofendía en público usando denigrantemente la palabra “Payaso”.
Pero de un día para otro, jamás usó esa palabra. Sufrió una parálisis facial que le provocó una forzada sonrisa.
Pero de un día para otro, jamás usó esa palabra. Sufrió una parálisis facial que le provocó una forzada sonrisa.
4 comentarios:
Una carambola de no sé qué aires me marcó el rumbo y llegué a esta playa, donde quiero quedarme varado para disfrutar de su contenido.
...pues sea usted muy bienvenido, estimado señor mío, aunque tenga un poco botados mis escritos...
Muchísimas gracias.
Y créame...le devolveré la visita.
Un abrazo
Vaya que las cosas dan vueltas. Es la ironía de la vida.
Excelente micro Laín.
Un saludo.
Hola Javier!!!
Pues sí...así es la vida, dicen.Y pareciera ficción, pero muchas veces es real.
Un abrazo y que tengas un muy buen año!
Te visitaré pronto, amigo!
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