lunes, 2 de noviembre de 2009

En el panteón ¿Y aquí?


Qué tarde aquella cuando el féretro llegó al panteón.
Grité, ¡No! ¡No debió ser así! pero nadie me oyó. Me dí cuenta también que ninguno me vio.

Y aquí, ¿Me leen?

4 comentarios:

rudy spillman dijo...

De una exquisitez tragicómica suave pero incisiva, Laín. Yo no sólo te leo, amigo. De algún modo creo estar siempre acompañándote al panteón.
Bravo, muchacho.

Laín dijo...

Muchísimas gracias mi estimado amigo, por darte el tiempo de pasar por acá.Y es cierto; de alguna manera en diversas circunstancias a veces estamos muertos.

Un abrazo

rudy spillman dijo...

De acuerdo en cierto modo. Pero para mostrarnos de alguna manera aún vivos y algo retirados de aquella dimensión de los panteones te diré que he activado nuevamente los comentarios en el blog.
Que sigas bien, querido amigo.

Laín dijo...

Ahhhh, de alguna manera, sabía que volverías a hacerlo, Rudy; no sé porqué, mi amigo.

Un abrazo y por ahí nos leemos, no importando si entre vivos o muertos